Relato #04 / NUESTRO NIDITO DE AMOR


Soy Pablo, y voy a contarte cómo te cojo  porque eres mi puto esposo.


Estoy acostado sobre la cama, hay un montón de ropa sucia en la canasta de nuestro cuarto, así que saco todo y tiro la ropa por todas partes. Estoy en trusa, me gusta usar trusa en la casa porque así me caliento mucho y te agarro en cualquier parte de la casa, pero hace mucho que me estoy aguantando la calentura porque ya cambiaste mucho.

Escucho que llegas con el carro y lo estacionas en la entrada de la casa, es temprano en la mañana, entras al cuarto con tu cara de extrañado y me dices:

—¿Que haces aquí, ya saliste del Gym? 

No te contesto, solo me limito a mirarte fijamente, te vez ridículo, con tu ropa holgada y una bolsa de compras en tu brazo. 

—Desde hace rato que llegué y no había nadie, y mira cuánta pinche ropa sucia, a que hora pensabas lavar todo este cochinero —Tu miras alrededor, luego te me quedas mirando como pendejo, sé que te gusta verme en truza, miras mi tatuaje del pecho y otro en un costado del abdomen con tu nombre que me hize el día que nos casamos, tú también tienes uno con mi nombre pero en una nalga, te la hiciste aunque no querías.

—Pensaba lavar todo hoy en la tarde —me explicas mientras recoges todo el tiradero— además, ¿no deberías estar en el gym todavía, que te paso?

Me miras con cara de preocupación y se que, de verdad te preocupa. Casi todos los días voy al gym, me gusta hacer ejercicio aunque la panza sigue ahí porque me gusta la tomadera, pero más que nada me gusta ir porque puedo cogerme a otros putitos. Me pongo de pie y me acerco a ti, tu te quedas inmóvil mientras miras mi bulto. 



Eres tan inocente, a veces me gustaría que fueras más puta y menos mujercita, como los putitos del gym que son capaces de hacer todo por verga. Pero tú no, eres de familia bien y hasta hiciste un pedo cuando les confesaste que te gustaba la riata, ahora que lo pienso, también fuiste capaz de dejar tus estudios solo por la reata,  por mi reata.

—Había chingos de batos —te contesto mientras agarro tu bolsa de compras y lo dejo caer al piso. —Sabes que no me gusta entrenar cuando hay gentío.

Asientes con la cabeza mientras empiezas a manosear mi paquete, mi verga palpita debajo de la tela ajustada de mi trusa cuando le pasas tus dedos delicados de mujercita. Sabes que estoy caliente, sabes que me gusta cogerte cuando yo quiero. Lo que no sabes es que vengo muy emputado, quise cogerme a un putito del gym pero el pendejo apretaba mucho, no pude metersela y se fue casi llorando del putazo que le di. Te agarro la nuca y te obligo a besarme, meto mi lengua hasta sentir que te falta el aire, mi saliva chorrea por la comisura de tus labios. Alejo mi cara y aprieto con fuerza tu mandíbula con mi mano, haciendo que tus labios se apretujen, entonces escupo sobre tus labios mientras en mi mente te maldigo, y también maldigo mi suerte de perro. 

Cuando me casé contigo y firmé esos putos papeles no me esperaba esto, tener a una puta esposa fodonga que no tiene tiempo para coger. Me dijiste que te gustaban mayores que tú y que yo iba a seguir trabajando mientras tu te quedabas en la casa. Pero de repente se te ocurre entrar a terminar tu carrera trunca ¿y yo que?, me quedo con la calentura. Puto, eres un grandísimo puto. En mi mente te hago las peores humillaciones, pero en la realidad me limito a besarte otra vez y con la mano en la nuca te bajo hasta ponerte de rodillas, me sacas la verga y me la chupas. Al menos eso sí sabes hacerlo bien, de hecho fue una de las razones del porque me casé contigo, quería tener quien me atienda todos los días. 

Me miras a los ojos mientras te atascas con mi verga. Pero yo no quiero cogerte, quiero coger al putito del gym, así que cierro los ojos y me imagino que eres ese  putito  que me la está chupando. Siento como mi verga entra por tu boca tibia y como succionas. Sé que te gusta como mi verga suelta chingos de líquido preseminal dentro de tu boca. Te obligo a abrir tu boca para que yo pueda azotar mi verga sobre tu lengua, luego lames toda la base mientras sientes las venas y la cabezota toda babosa, luego te atascas otra vez. Luego de un rato dejas de chupar y comienzas a subir lamiendo mi abdomen, te detienes a chupar los pelos, mojas todo con tu saliva y juegas con tu lengua. Sigues subiendo hasta mi pezón, chupas con desesperación, aunque sabes como me caga que hagas eso. Así que te agarro del pelo por la nuca y te miro a los ojos, me dan ganas de meterte un putazo pero solo te pregunto "¿estás limpio?" Empiezo a enojarme antes siquiera de que me contestes, me caga que nunca estés listo para mi. Me dices que te limpiaste desde ayer, te ordeno que vayas a limpiarte al baño mientras te espero acostado en la cama jalándomela viendo porno.

Pero pasan los minutos y te tardas mucho. Entro al baño bien emputado y te encuentro sentado en el inodoro pujando para sacar el agua de tu interior. Te agarro del brazo y te llevo hasta la cama. Tu me dices que todavía llevas agua adentro pero a mi no me importa, estoy muy caliente y no puedo más. Agarro el lubricante, te pongo boca abajo sobre la cama y te la dejo ir toda. Tu te resistes un poco y te cierras a mi verga. Me haces acordar del putito del gym y siento que estoy perdiendo el control. "¿Querías verga? pues ahora te aguantas y te abres porque te abres". Me miras con la cara confundida, no espero que lo entiendas ni tampoco voy a explicarte nada, ¿tu que vas a saber?. Así que comienzo a empujar más duro hasta que siento que mis bolas chocan contra tu culo.

Tú te retuerces de dolor pero me pides que no me detenga. Sé que te gusta que te de duro aunque no lo reconozcas. Así que te la meto sin piedad, siento como tu esfínter empuja y el agua que tenías dentro es expulsada con violencia, mojas las sábanas de la cama pero no me importa, suena rico cuando mi verga entra y sale de tu ano, como si te pedorrearas pero sacando agua de tu culo mezclado con el lubricante que chorrea por tus piernas temblorosas. Tu gimes para mi, como una perrita en celo, me encanta tenerte así. Pero cierro los ojos e imagino al putito otra vez "Ahora si te pudo entrar aunque no querías, pero ahorita si te voy a reventar el culo" y doy mis últimas tres embestidas mientras te lleno el culo de leche, escucho que gimes  al sentir la leche caliente recorrer tus piernas cuando me salgo de ti. 

Ya quiero irme a bañar pero se que tu todavía no has eyaculado. "Me lleva la verga". Pero te pongo de cucharita contra mi cuerpo y te la meto otra vez mientras tu te la jalas. Odio el olor de tu pinche sobaco, pero me aguanto y espero a que te saques la leche. Te doy un beso rápido en la frente y me meto a bañar. Tu te quedas levantando las sábanas de la cama para ponerla en la canasta de ropas sucias. Cuando salgo de bañar tu estás cocinando el almuerzo y la lavadora está sonando desde el patio, pero te digo que me salió una urgencia en el trabajo y que me tengo que ir. Cuando estoy en el carro saco mi cel, y le contesto al putito del gym que voy para el motel donde me está esperando. Mientras maldigo el día en que me casé contigo. Pero ni pedo, por lo menos sabes cocinar. Enciendo el carro y acelero. Me siento aliviado de alejarme de esa casa de pesadilla, esa maldita casa que alguna vez me atreví a llamar "Nuestro nidito de amor". Puras mamadas.


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